En qué consiste la Terapia y cómo se lleva a cabo

La característica asistencial de la Consulta tiene por objeto ofrecer un tratamiento progresivo, especializado e individualizado que permita el abordaje de los diferentes trastornos mentales y del comportamiento así como otro tipo de situaciones-problema que, sin tener un carácter patológico, conlleven un sufrimiento o inadaptación personal inadecuados e innecesarios.

Los servicios psicológicos profesionales comienzan con una o varias entrevistas iniciales en las cuales se lleva a cabo la anamnesis, historia clínica, exposición de la demanda por parte del paciente y recogida de información. La realización de una valoración psicológica permitirá estimar la conveniencia, idoneidad, posibilidad y -en su caso- necesidad de tratamiento. También es el momento adecuado de valorar si es preciso derivar al paciente a otro tipo de profesional, dada la problemática que presenta (p.e., neurólogo, psiquiatra…etc.) o trabajar con ese profesional de forma conjunta en los casos en los que la intervención requiera un abordaje multidisciplinar. Es necesario recordar que, en algunas ocasiones, con una consulta es suficiente para normalizar la problemática que presenta el paciente y no es necesario iniciar tratamiento psicológico.

Tras valorarse necesaria la intervención psicológica el paciente comienza un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades que incluye sesiones de psicoterapia individualizada (en los casos en los que se requiera se contempla la posibilidad de terapia familiar y de pareja). Mediante revisiones periódicas del caso se realiza una evaluación continua de la evolución del paciente.

Todas las acciones y actuaciones llevadas a cabo están encaminadas a procurar el bienestar y calidad de vida de las personas.

El tratamiento se lleva a cabo fundamentalmente desde el paradigma científico del modelo cognitivo-conductual, por ser éste el tratamiento con mayor apoyo empírico. El modelo de terapia cognitivo-conductual (Cognitive Behavioral Therapy –CBT-) es un tratamiento científico empíricamente validado cuya intervención psicológica específica es de primera elección para la mayoría de los trastornos psicológicos. Un tratamiento psicológico eficaz es aquel que ha pasado controles y pruebas científicas adecuadas de tal modo que ha demostrado experimentalmente que es mejor que otros tratamientos (también útiles) por ser más rápido en sus resultados, por mantener sus efectos a más largo plazo o por mostrar un menor índice de recaídas. Debido a la necesidad de adecuación a la problemática del paciente, se da la mano al eclecticismo técnico y a la integración teórica posibilitando intervenir en cada caso de la manera más adecuada, sopesando las diferentes opciones y eligiendo la que más se adapte a las necesidades que la intervención plantea, siempre que esté respaldada por apoyo empírico suficiente.

En todos los casos hay que recordar que interpretación de lo que nos sucede, reacción, grado de afectación y posibilidad de recuperación es algo que viene determinado por la propia persona y que, con el tratamiento psicológico adecuado, es posible modificar.