Programas específicos
El Gabinete de Psicología Inés González Carballo ha elaborado 4 programas específicos de intervención breve que permiten dar respuesta a demandas de mejora, cambio y necesidad de evolución personal solicitadas por nuestros pacientes en distintos ámbitos de su vida personal y profesional.
Estos programas específicos permiten conseguir en pocas sesiones (5 sesiones) la totalidad de los objetivos marcados inicialmente. No obstante, en función de la gravedad de la situación, se pueden requerir sesiones adicionales o implementar un tratamiento de psicoterapia que, dando cabida a una evolución más lenta del caso, permita la completa mejora de la persona mediante la estructuración y focalización específica de la intervención así como mediante un seguimiento continuado y sostenido en el tiempo.
PROGRAMA DE AUTOESTIMA
La “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida
Indicios de autoestima negativa
• Autocrítica rigorista. Tendencia a crear un estado habitual de insatisfacción con uno mismo.
• Hipersensibilidad a la crítica. Sentirse fácilmente atacado y propenso a experimentar resentimiento contra sus críticos.
• Indecisión crónica. No tanto por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
• Deseo excesivo de complacer. La persona no se atreve a decir «no», por temor a desagradar y perder la benevolencia del peticionario.
• Perfeccionismo, o autoexigencia de hacer «perfectamente», sin un solo fallo, casi todo cuanto intenta; lo cual puede llevarla a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección exigida (casi siempre).
• Culpabilidad neurótica. Se condena e inculpa por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo.
• Hostilidad flotante. La irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aun por cosas de poca importancia; propia del supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
• Tendencias defensivas. Negativismo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, a sí mismo) junto con una actitud predispuesta al enfrentamiento y desaprobación. La actitud defensiva se mantiene constantemente debido a la continua sensación e interpretación de estar recibiendo ataques personales.
El tratamiento está enfocado en el abordaje de los siguientes aspectos:
✓ Desarrollar un sentimiento de identidad propia.
✓ Aumentar la conciencia de nuestras características personales.
✓ Desarrollar una actitud de aceptación y valoración personal.
✓ Tomar conciencia de nuestra singularidad. Somos especiales por ser diferentes.
✓ Tomar conciencia del estilo de diálogo interno y su impacto sobre el estado emocional.
✓ Trabajar los diferentes pensamientos disfuncionales con base en la autocrítica y críticas externas.
✓ Los indicadores de una autoestima alta, equilibrada o baja.
✓ Tomar conciencia del nivel de autoestima propio y de los demás.
✓ Desarrollar expectativas positivas sobre uno mismo.
✓ La influencia de los otros significativos en la construcción de nuestra autoestima.
✓ La imagen que proyectamos en los demás: cómo aceptarla, cómo integrarla, cómo relativizarla.
✓ Reconocer nuestras habilidades y capacidades.
✓ Potenciar nuestras destrezas, aptitudes y singularidad como personas únicas que somos.
✓ Utilizar estrategias para que los demás valoren nuestras habilidades y hacernos valer como personas.
✓ Trabajar los sentimientos de culpabilidad, atribución errónea, responsabilidad, competencia, asertividad, manejo de emociones, inteligencia emocional, valía personal, autorrealización.
✓ Generar un proyecto de vida congruente con nuestro autoconcepto.
El programa tiene un enfoque eminentemente aplicado que permitirá en pocas sesiones propiciar un cambio positivo en la vida de la persona mejorando su autoestima y, sobre todo, dotándola de las herramientas y recursos necesarios para poder continuar por ella misma un continuo proceso de mejora, superación y autodescubrimiento guiado.
PROGRAMA DE AUTOIMAGEN CORPORAL
Podemos definir la Imagen Corporal (IC) como la figura de nuestro propio cuerpo que conformamos en nuestra mente, es decir, la forma en la cual nuestro cuerpo se nos representa a nosotros mismos
Aspectos claves de la Imagen Corporal:
• Está compuesta de percepciones, pensamientos y sentimientos sobre el cuerpo y la experiencia corporal.
• La IC influye en la conducta.
• Las experiencias de la IC están unidas a los sentimientos sobre el yo.
• Está determinada socialmente.
• No es un constructo estático (la IC cambia a lo largo del tiempo).
• Influye en el procesamiento de la información (las personas muy preocupadas por su aspecto físico procesan la información de cualquier situación social en términos de la competencia del atractivo corporal), es decir, la forma de percibir el mundo está modulada por la forma en que sentimos y pensamos sobre nuestro cuerpo.
• Es subjetiva y personalizada (de forma que no tiene por qué ser congruente con la realidad objetiva).
• Las experiencias relacionadas con el cuerpo ocurren en distintos niveles de conciencia.
¿Cómo se forma la imagen Corporal?
Los principales factores generadores y promotores de su desarrollo serían: los
mensajes que recibimos en nuestra infancia; las experiencias que hayamos tenido con nuestro cuerpo; el valor que familiar e individualmente se construya alrededor del mismo; los valores estéticos imperantes en la cultura en la que nos desenvolvemos, así como el grado en que estemos expuestos al fomento/idealización de estos valores (medios de comunicación, redes sociales, personas cercanas…etc.); rasgos de personalidad (excesivo perfeccionismo, locus de control interno, baja autoestima…etc.).
Nuestra Imagen Corporal se constituye pues, en una experiencia única y personal resultado de la interacción de múltiples factores, que tiene la capacidad de definir la relación de una persona consigo misma.
¿En qué consiste el tratamiento?
La imagen corporal consta de tres componentes principales: perceptual, cognitivo/afectivo y conductual. El tratamiento específico se enfoca en las manifestaciones disfuncionales asociadas a estos tres componentes:
1) Alteraciones perceptuales: son las responsables de la sobrestimación o subestimación del tamaño/forma corporal o de partes específicas del cuerpo. La persona que presenta dicha alteración puede ver su defecto como mayor, más acentuado o desviado de lo que es en realidad. Es importante incidir en el componente perceptual de la IC para lograr una percepción no alterada y acorde a la realidad.
2) Alteraciones cognitivo-afectivas: este tipo de alteraciones implican la presencia de distorsiones
cognitivas, creencias irracionales y sentimientos negativos (que pueden tomar la forma
de insatisfacción, preocupación, tristeza, malestar, enfado, vergüenza, ansiedad o expectativas irreales acerca de la apariencia corporal). Las personas que presentan esta alteración devalúan su apariencia física, imaginan que las personas se interesan en sus defectos y se subestiman debido a la alta valoración que le dan a este aspecto. La intervención específica sobre la alteración cognitiva y emocional de la IC permite lograr tanto una adecuada reestructuración de los pensamientos disfuncionales como una adecuada reelaboración del plano afectivo, posibilitando el cambio en este componene de nuestra imagen corporal.
3) Alteraciones conductuales: la alteración de la IC en el plano motor objetivo de nuestra conducta conlleva la ejecución de conductas desviadas, perjudiciales o nocivas que son provocadas por las alteraciones cognitivo-afectivas y perceptuales. La alteración conductual de la IC implica estructurar un estilo de vida en torno a la preocupación corporal (evitar personas, hacer rituales, camuflar o esconder el “defecto”, usar ropa holgada u oscura, mirarse al espejo constantemente, evitar ciertas situaciones que elicitan el escrutinio del cuerpo como ir a la playa/piscina…etc.). Intervenir en este componente resulta fundamental a la hora de generar un cambio real y visible en la vida de la persona en su imagen corporal.
PROGRAMA DE HABILIDADES SOCIALES
Podemos definir el concepto de “Habilidades Sociales” como el conjunto de conductas aprendidas de forma natural (y, por tanto, pueden ser enseñadas) que se manifiestan en situaciones interpersonales, socialmente aceptadas (implica tener en cuenta normas sociales y normas legales del contexto sociocultural en el que tienen lugar, así como criterios morales), y orientadas a la obtención de reforzamientos ambientales (refuerzos sociales) o auto-refuerzos.
¿En qué consiste el tratamiento?
El objetivo de este Programa Específico de Tratamiento es el entrenamiento de las principales habilidades sociales. Éstas capacitan y permiten relacionarnos de una manera más adaptativa con nuestro entorno social y, de ese modo, llegar a establecer y mantener relaciones interpersonales gratificantes potenciando los recursos personales facilitadores del cambio.
Tipos de Habilidades Sociales (HHSS):
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Habilidades Sociales Básicas (Comunicación verbal y no verbal, Habilidades de escucha activa, Expresar sentimientos, El respeto, La tolerancia; El liderazgo)
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Habilidades Sociales Asertivas (Hacer y recibir cumplidos, Hacer y recibir críticas, Decir no adecuadamente, Resolver problemas y tomar decisiones, Expresar emociones).
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Adquirir habilidades Heterosociales, es decir, habilidades para las relaciones interpersonales (Relación con personas del sexo opuesto; Relación con la autoridad).
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Habilidades Sociales de Conversación (Conocer las áreas que incluyen las habilidades de conversación, Hablar en público, Iniciar conversaciones de manera adecuada, Emitir y recibir información de manera adecuada, Utilizar de forma correcta los turnos de palabra, Realizar adecuadamente cambios de tema, Manejar los silencios, Discriminar y utilizar los diferentes niveles de conversación, Cerrar conversaciones, Solicitar y concertar citas, Introducirse en conversaciones de grupo: autopresentarse y presentar a otros).
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Habilidades Sociales de Autoconocimiento (Conocer sus capacidades y limitaciones, Ser capaces de plantear metas, Ser conocedores de la importancia de su apariencia personal, Ser conocedores de su percepción ante los demás).
PROGRAMA DE FOBIAS
Se entiende por “Fobia” el miedo acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
En las fobias se produce un importante incremento de la activación vegetativa (taquicardia, sudoración, vasoconstricción periférica, sequedad de la boca, enrojecimiento, palidez, malestar estomacal, etc.), todas ellas reacciones a nivel del sistema fisiológico.
Un segundo componente importante es la conducta de evitación o escape (reacciones a nivel del sistema motor).
El tercer componente de las fobias es la anticipación de consecuencias catastróficas mediante la evaluación negativa de la situación y/o de las propias capacidades, la preocupación por las reacciones somáticas, etc. (reacciones a nivel del sistema cognitivo).
Tipos de fobias
1. Tipo animal: Es un tipo de fobia que suele aparecer en la infancia. El miedo se refiere a ciertos animales o insectos.
2. Tipo ambiental: Este tipo también suele tener su origen en la infancia del paciente. Se refiere al miedo a situaciones propias del entorno natural o fenómenos climáticos tales como las tormentas, los rayos o relámpagos, las alturas, las aguas profundas, etc., en circunstancias no peligrosas.
3. Tipo sangre-inyecciones-daño: Este tipo suele presentar una incidencia familiar (lo padecen los hijos de padres con la misma fobia) y se caracteriza porque, ante el estímulo, a la persona le baja la presión, se desmaya o sufre de mareos. Se trata de un miedo extremo a la sangre, a las inyecciones, transfusiones de sangre, cirugías o cualquier intervención médica, sea ésta invasiva o no.
4. Tipo situacional: Este tipo puede iniciarse, o bien en la segunda infancia, o bien después de los veinte años. Se trata de un miedo desproporcionado ante situaciones específicas como viajar en avión, atravesar un túnel, subir en ascensor, encontrarse en un recinto cerrado, etc
5. Otros tipos: Algunas fobias específicas no se ubican en ninguno de los tipos anteriores, ya que hay un amplio espectro de estímulos que pueden desencadenar temor y fobias. Por ejemplo, el miedo al vómito, el miedo a los espejos, el temor de los niños pequeños a los ruidos fuertes, a las personas disfrazadas, a las marionetas o a los muñecos, etc.
Existen cientos de fobias, independientemente del tipo en el que se encuentren clasificadas. Las más frecuentes son: Nictofobia (miedo a la oscuridad), Aracnofobia (miedo a las arañas), Sociofobia (miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales), Aerofobia (miedo a volar en avión), Agorafobia (miedo a los espacios abiertos), Claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), Acrofobia (miedo a las alturas), Emetofobia (miedo a vomitar), Carcinofobia (miedo a tener o llegar a tener cáncer), Brontofobia (miedo a elementos climáticos o fenómenos meteorológicos), Necrofobia (miedo a la muerte), etc.
¿Cómo tratar las fobias?
El tratamiento de las fobias se lleva a cabo mediante diferentes técnicas encuadradas dentro de la Terapia Cognitivo-Conductual. Los componentes de exposición en vivo, práctica reforzada y modelado participante son cruciales a la hora de conseguir el cambio, no obstante, es tanto o más importante iniciar el proceso que permita comprender y llegar a conocer tanto la génesis como el desarrollo de la fobia para poder abordar la misma desde un punto de vista más profundo que dé cabida a una reelaboración del pasado en conflicto.