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¿CUÁNDO DEJAR A LOS NIÑOS SOLOS EN CASA?

Intervención de Inés González Carballo, Psicóloga Clínica, para Informativos TVE1.

Inés González Carballo, Directora del Gabinete de Psicología I.G.C., analiza los aspectos psicológicos de dejar sólos a los niños en casa.


1. ¿CUÁNDO DEJAR A LOS NIÑOS SOLOS EN CASA?

Psicólogo Valladolid Esta pregunta ronda siempre por la cabeza de los padres, bien cuando sus hijos ya van teniendo una cierta edad, bien cuando aún son muy pequeños pero no disponen de otra opción que tenerles que dejar un tiempos solo (justificada o injustificadamente). Si bien es cierto que desde el marco legal no hay ninguna ley que establezca la edad mínima a la que un menor puede quedarse en casa sin supervisión, no menos cierto es que la familia puede ser sancionada y podrían también intervenir los servicios sociales si consideran que el niño está en situación de riesgo por pasar demasiado tiempo solo o por encontrarse en un ambiente inadecuado (no es lo mismo dejarle un momento puntual por una situación de emergencia que la negligencia de unos padres que se van de copas y dejan al pequeño en casa durante horas).

No hay una edad específica a partir de la cual se puede dejar a los niños solos en casa. Esto es así porque cada niño tiene su propio nivel de desarrollo y de madurez con cierta independencia de su edad cronológica. Sin embargo, como dato general aproximado, un niño no debería quedarse solo en casa con anterioridad a los 10 años de edad. Lo habitual es que esta primera vez suceda en la franja comprendida entre los 10 y los 12 años pero siempre es necesario valorar las características del propio niño así como su madurez, grado de independencia emocional, miedo a la soledad, etc. ya que no debería convertirse en un hecho traumático para el pequeño, sino en un paso más en su autonomía.


2. ¿QUÉ RIESGOS PUEDE ENTRAÑAR?

Son muchos los riesgos que puede entrañar dejar al pequeño solo en casa antes de lo adecuado. Por un lado, evidentemente, riesgos de seguridad doméstica ya que el niño puede ponerse en peligro sin ser consciente de la gravedad de sus conductas, tales comoencaramarse a una ventana, manipular un producto tóxico de limpieza, calentar algo no adecuado para microondas, jugar con herramientas u objetos punzantes, salir de casa en busca de mamá y papá, o cualquier otra situación que no alcance a ver su peligro.

Por otro lado, y no menos importante, se encuentran los riesgos asociados al plano emocional ya que si el niño no está preparado para quedarse solo puede vivirlo como un abandono, como una separación angustiante (y desarrollar miedo a separaciones futuras), puede aparecer fobia o miedo a la soledad, incluso aparecer conductas regresivas (volver a mojar la cama, volver a chuparse el dedo, volver a tener rabietas infantiles, etc.). Es decir, podría vivirlo como un evento traumático y desencadenar en él un desajuste emocional, especialmente en los casos es los que se deja al niño solo en casa durmiendo y al despertarse él se entera de que no hay nadie con él.


3. ¿CÓMO SABER SI EL NIÑO ESTÁ PREPARADO PARA QUEDARSE SOLO?

Algunos criterios a tener en cuenta a la hora de valorar si el pequeño se encuentra preparado para quedarse solo son los siguientes:

• Grado de autonomía. Si disfruta periodos de tiempo jugando solo sin demandar atención adulta.
• Grado de responsabilidad. Si se suele comportar bien en casa y suele cumplir con las pequeñas tareas que se le mandan.
• Grado de madurez. Si reacciona bien ante situaciones imprevistas o se asusta mucho ante eventos y contextos novedosos.
• Grado de miedos y fobias. Aunque ciertos miedos infantiles son evolutivos (naturales) es importante valorar si el pequeño está atravesando por dichos miedos para evitar hacer coincidir el momento de quedarse solo con esa etapa.


4. ¿CÓMO SE DEBE HACER PARA DEJAR AL NIÑO SOLO SIN PROBLEMAS?

Psicólogo Valladolid En primer lugar se deben valorar los aspectos anteriores ya que si no se cumplen mínimamente, seguramente no sea el momento adecuado de dar el paso.

Por otro lado, es imprescindible que cuando se vaya a quedar solo por primera vez, antes ya se haya quedado solo en su habitación jugando o haciendo los deberes en repetidas ocasiones durante un tiempo (a partir de los 6/7 años) y también que se haya quedado ya al cuidado de personas que no sean los padres, como un hermano mayor, sus abuelos, sus primos, en casa de los padres de un amigo, etc. sin haber aparecido problemas ni miedos de separación. Estos dos pasos previos son, sin duda, de gran ayuda para prepararse mejor.

La primera vez que se quede solo debe ser por muy poquito tiempo, de 5 a 15 minutos, no más, para que pueda sentirse bien, sin echar de menos a sus padres y asocie quedarse solo a una situación “segura y controlada”. También es importante que antes de marcharse los papás le digan que van a estar un pequeño ratito fuera, que enseguida vienen y que no va a pasar nada. Sobra decir que los padres no deben excederse con el tiempo y deben cumplir lo prometido. Poco a poco, si la situación se maneja bien, se pueden ir ampliando los tiempos pero siempre dentro de unos márgenes (no es sano que un niño de 10/12 años pase varias horas solo al día en casa).

Del mismo modo, los padres, han de explicar al niño ciertas normas básicas de seguridad de la casa (no encender el fuego, no jugar en las terrazas, no abrir ventanas o puertas, no usar consolas ni aparatos eléctricos en la bañera, etc.) Todo esto debe trasladarse tranquilamente y sin infundir miedo, solo informando. También se les debe facilitar el número de teléfono de alguna persona de confianza por si necesitaran llamar a alguien que acudiera rápidamente. Cuando los periodos de tiempo comienzan a ser mayores se les debe llamar o escribir algún mensaje de vez en cuando para ver cómo están y para evitar que se sientan abandonados o desatendidos.

Suele ser de ayuda que el niño se quede haciendo alguna actividad como leyendo, haciendo sus tareas, viendo la tele o jugando ya que así se mantiene distraído y es más llevadero el rato que pase solo.

Por supuesto, las primeras veces que se quede solo no debe tener responsabilidades asociadas como prepararse la comida, cuidar de un hermano pequeño, etc. ya que la principal y única responsabilidad debería ser el ser capaz de cuidarse a sí mismo.


5. ¿CUÁNDO SE DEBE DEJAR SALIR SOLO A UN ADOLESCENTE DE CASA?

Esta cuestión suele plantearse, a diferencia de la anterior, por demanda o necesidad del propio hijo, y no tanto de los padres. Cuando los niños crecen, llega un momento en el que comienzan a verbalizar (o a hacer visible a través de su conducta) que quieren hacer más cosas solos y, entre ellas, tener autonomía fuera de casa. Suele ser una situación temida por los padres ya que aparecen dudas sobre si estarán o no preparados, sobre los posibles peligros que pueden encontrarse o sobre si es el momento adecuado para dar el paso. Los padres quieren seguir cuidando y protegiendo a sus hijos pero no quieren entorpecer su autonomía, de ahí el dilema de cuándo y cómo dar el paso.

Realmente, la autonomía del hijo comienza desde su nacimiento, ya que desde ese momento se debe fomentar su independencia progresiva (siempre acorde a la edad y madurez), por lo que salir de casa solo, no debería ser más que una etapa más dentro de su evolución. Previamente hay que valorar la madurez del hijo comprobando que es responsable en sus tareas, sus deberes, su comportamiento, etc. Así como que el deseo de salir solo es un deseo sano de hacer un pequeño plan con sus amigos (ir al cine, ir a merendar, estar en el parque, etc.) y no responde a planes o ideas poco acordes a su edad madurativa. Es importante supervisar los planes sin que ello suponga un control excesivo.

En general y, aunque depende del nivel evolutivo y madurativo, no se debe dejar salir al niño antes de los 12 años de edad pues no suele estar preparado ni para valorar determinadas situaciones de peligro ni para hacerlas frente de manera adecuada.


6. ¿CÓMO SE DEBE HACER PARA QUE NO SUPONGA NINGÚN RIESGO?

Psicólogo Valladolid Es imprescindible tener en cuenta las cuestiones anteriormente expuestas y, si estas se cumplen, se deben tener en cuenta también las siguientes.

Primeros contactos con el exterior. Es importante que pueda enfrentarse a pequeñas tareas solo fuera de casa como bajar a comprar el pan, bajar a tirar la basura o bajar a buscar el correo. Si se vive en una comunidad o parcela se le puede dejar jugando solo con amigos siempre y cuando no salga de ella.

También estaría bien poder salir de casa alejándose un poco más pero acompañado de un hermano mayor, un primo o un amigo. Puede ser otro buen paso intermedio.

Cuando va a salir solo (sin nadie más) a otras zonas más allá de las “controladas” (no parcela, ni recados cercanos) resulta muy recomendable hacer ensayos de seguridad, es decir, estar por la zona o hacer el recorrido previamente con los padres y varias veces para que pueda sentirse seguro e ir interiorizando las calles o lugares a recorrer.

La zona en la que se vaya a mover debe ser (o hacerse) familiar para él (evitar ir solo o estar solo en lugares nuevos o poco conocidos).

Ayuda que la zona sea transitada ya que en caso de perderse o no saber qué hacer puede preguntar y buscar ayuda más fácilmente.

En todos estos casos siempre es importante que pueda estar comunicado (a través del móvil) para que se sienta seguro.

Aunque es necesario indicarles normas y comportamientos seguros fuera de casa, el tema se debe manejar con aplomo, tranquilidad y seguridad por parte de los padres ya que no es bueno agobiarles con demasiadas advertencias de peligro pues pueden adquirir miedos y desarrollar problemas futuros.

Por último, recordar que si el niño o adolescente manifiesta no querer ir solo aun, se debe respetar su deseo ya que forzarle puede ser contraproducente. Es bueno tener presente que cada persona lleva su ritmo, sin que eso suponga un problema.


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