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Intervenciones en medios de comunicación




SOBREVIVIR A LAS NAVIDADES EN FAMILIA

Entrevista a Inés González Carballo, Psicóloga Clínica, para Radio Televisión Castilla y León (RTVCyL) en el programa 'Vamos a Ver', magazine de tarde en directo.

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Inés González Carballo, Directora del Gabinete de Psicología I.G.C., da las claves para sobrevivir a las navidades en familia.


1. ¿CÓMO AFECTA A NIVEL EMOCIONAL LA NAVIDAD? ¿EXISTEN TRASTORNOS ESPECÍFICOS DE ESTA ÉPOCA?

Las navidades afectan de manera muy distinta en función de la persona y de las circunstancias que se vivan. Son unas fechas en las que podemos encontrarnos con la totalidad de sentimientos dentro de la amplia gama emocional. Muchas personas viven esta época con alegría, ilusión y esperanza. Ya sea por las reuniones familiares y reencuentros con amigos, por el espíritu navideño y decoración de las calles, por las compras y preparativos o simplemente por el periodo vacacional que acontece. Sin embargo, para otras personas, no pocas, estas fechas son sinónimo de tristeza. No en vano es la época del año en la que más gente se deprime y en la que aparecen más fácilmente sentimientos de soledad, tristeza, estrés y ansiedad. Los principales motivos son:

Expectativas poco realistas sobre el significado de la Navidad. Lo que se supone que uno tiene que hacer, cómo se tiene que sentir o qué debe tener en estas fiestas puede generar en algunos casos una fuerte frustración.

Sentimientos de soledad. En torno al 30% de la población dice sentirse sola en esta época.

Balance al final de año. Estas últimas semanas son muy propicias para reflexionar con más calma y valorar cómo nos ha ido, qué hemos conseguido y en qué hemos fallado. Una elevada autocrítica puede sesgar nuestra percepción y dar más peso a nuestros fallos que a nuestros logros en el año y, por tanto, sentirnos mal.

Gastos económicos. Parece que el amor se mide por la cantidad y calidad de las compras que se hacen en estas fechas, y es que, la comida, los regalos, ropa nueva para las celebraciones, etc. suponen un importante gasto del cual somos solo responsables nosotros en consentir. La presión por sentir que estamos a la altura de las personas que queremos nos lleva en muchas ocasiones a gastar en exceso (incluso despilfarrar) para demostrarles nuestro amor. Se nos olvida que el amor no se compra, que es incondicional y totalmente gratis.


2. ¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS MÁS FRECUENTES EN ESTAS FECHAS?

El estrés de los preparativos. La presión por sorprender con el menú, agradar en gustos, ser un buen anfitrión, tener la casa impecable, mostrar una bonita decoración navideña y, en definitiva, contentar a los invitados, puede generar una presión poco sana que nos exija no cometer ni un solo fallo para que salga todo perfecto.

Psicólogo ValladolidDecidir con qué familia cenar (esto supone un problema en el 40% de los españoles). El reparto a la hora de las celebraciones en familia intentando agradar a todo el mundo (nuevamente: ¡agradar!) y no dejar sola a ninguna familia, equilibrando las presencias, es un tema de frecuentes conflictos y disputas.

Miedo a que se den discusiones por nuevas o viejas rencillas. En todas las familias hay situaciones mejor o peor resueltas. Esto es algo normal ya que no se puede estar de acuerdo en todo y los caracteres son distintos. Hay que procurar dejar atrás el pasado y centrarse en el momento de la celebración por el bien de todos y por el de uno mismo principalmente. Sería algo así como marcarse una tregua, aunque sea temporal (cuando se trata de personas a las que no vemos muy frecuentemente, a veces, más vale un mal acuerdo que unas malas navidades).

Aglomeración de muchas personas en muy poco espacio. Para algunas personas resulta un agobio estar en un ambiente tan cargado con tanta gente y en tan poco espacio. Se puede pensar en celebrarlo en otro sitio distinto, ir rotando el lugar u optar por hacerlo en un sitio neutral como un restaurante, una casa rural, etc.

Deseo de huir de la “magia de la navidad” por asociarse a un consumo capitalista o rechazar estas fiestas por el componente religioso son algunos de los motivos más frecuentes que se repiten año a año en este periodo. Aunque el derecho a vivir estar fiestas debe ser respetado y libre para cada uno, en el caso de que suponga algo desagradable por el componente social o religioso hay que tratar de ser tolerante, abstraerse y no irritarse. Que el objetivo se convierta en no pasarlo mal.

La pérdida reciente de un familiar o ser querido. Es normal sentirse triste, no contamos con su presencia y hay que respetar un tiempo de duelo y de maduración de lo ocurrido. Aunque es recomendable no encerrarse en casa y se debe salir, tampoco hay que obligarse a verse envuelto en celebraciones si no apetece. Autenticidad y coherencia ante todo. Ya habrá otras navidades para mostrar nuestra mejor cara.

La lejanía geográfica. Familiares o personas allegadas que se encuentran lejos por trabajo pueden entristecer el ambiente por su ausencia. Hay que procurar hacer uso de las nuevas tecnologías para verse con ellos y encontrar otro momento posterior en el que nos reencontremos y celebremos (aunque no sea navidad).

Los conflictos de pareja. Para algunas parejas puede ser una época de frecuentes conflictos ya que se pone a prueba la propia dinámica de la relación y entran en juego temas familiares de cada uno. Resulta importante planificar juntos esos días para llegar a un consenso en las actividades que se harán durante las fiestas. Por otro lado no hace falta hacer todo juntos y también es bueno dejarse tiempo a solas para hacer otros planes.

Los problemas económicos. Fechas de gastos, desde luego, pero no hay que olvidar buscar maneras de disfrutar con nuestros seres queridos sin gastar dinero (un paseo por las calles llenas de luces y decoración navideña, un chocolate caliente mientras vemos cómo baja la niebla, una tarde en casa viendo una buena película, etc.)

Psicólogo Valladolid “Someterse a un tercer grado”. Esta es la sensación que tienen (y temen!) muchas personas en estas fechas. Es una época en la que nos reencontramos con familiares que no vemos frecuentemente, amistades lejanas, conocidos, etc. y esto suscita en muchos casos un bombardeo de preguntas por “ponernos al corriente” de la vida de los demás y saber cómo les va. Aunque en la mayoría de las situaciones este interés es sincero y esas preguntas se hacen desde la buena intención, no siempre resulta agradable contestarlas o hacer partícipes de nuestra vida a personas con las que no hay tanta confianza pues implica responder a temas que podrían ser incómodos para nosotros (preguntar por la pareja a alguien que lo ha dejado recientemente o por el trabajo a quien sigue sin encontrar nada son algunos ejemplos de los más repetidos año a año)


3. CÓMO CREAR BUEN AMBIENTE FAMILIAR

• La reunión familiar no es un buen momento para tratar asuntos pendientes o no resueltos. Sí podemos, sin embargo, tratar de generar un clima más cercano con esas personas.

No tocar temas complicados que puedan ser fuente de exaltación y discusión como política y otros temas ideológicos

Simplificar las celebraciones, ir más a lo esencial: La familia vuelve a estar junta y eso siempre debe ser motivo de alegría.

Solicitar la colaboración de los demás. Pueden participar todos en la elaboración de comidas o bien cada familia puede aportar un plato, para evitar que el exceso de trabajo recaiga siempre en las mismas personas. Son fechas donde se deben cultivar especialmente los puntos fuertes de uno mismo para contribuir a la celebración con algo que sepa o se le dé bien (creatividad especial para la decoración, sentido del humor, simpatía, gusto para seleccionar la música, programar juegos para los niños, etc.)

Planificar las compras. Las compras navideñas son casi siempre sinónimo de estrés. Merece la pena dedicar tiempo a pensar en los regalos y elaborar una lista. Esto ayuda no solo a tenerlo más claro sino a evitar descontrolar los gastos, ya que nos ceñimos a un “guion” y no compramos de forma impulsiva.

Elaborar uno mismo los regalos. No todo debe ser comprado, llegan más los regalos personalizados y creados por uno mismo (seleccionar unas fotos familiares que enmarcar, tejer un jersey a mano, hacer unos dulces y envolverlos de forma personalizada, escribir una carta entregándola en mano, etc.).

Psicólogo ValladolidCuidarse. Con tanto estrés, compras, reuniones, compromisos, preparativos, etc. se nos olvida lo más importante: estar bien con nosotros mismos. Por eso, en estas fechas, debemos dedicar tiempo a cuidar nuestro interior y nuestro exterior para poner un punto de equilibrio que nos de bienestar emocional.

Hacer un listado de prioridades, fijándose en lo que de verdad es importante y teniendo claro que no se puede estar en todos los lados, contentando a todo el mundo y haciendo a tiempo todo lo planificado: ¡es imposible!


4. PROPUESTAS PARA UNAS BUENAS NAVIDADES EN FAMILIA

Los nuevos tiempos traen consigo nuevas familias, nuevas maneras de celebrar la navidad y, una cierta secularización de estas fiestas. Sin embargo, esto no quiere decir que no sean fechas en las que reunirse y disfrutar. Lo importante, sin duda, es aceptar la pluralidad de maneras de entender estos días y respetar el tipo de celebraciones (o, incluso, la ausencia de las mismas) en cada núcleo familiar.

Aprovecha los días para hacer un plan especial en familia. Un excursión en bicicleta juntos, organizar una obra de teatro familiar, un concurso de villancicos, etc. las posibilidades son ilimitadas.

Implica a los niños en la organización de las fiestas. Pide a los pequeños que te ayuden a decorar la casa o a poner el belén y el árbol y explícales su significado. También pueden ayudar en decorar la mesa para las celebraciones familiares, hacer tarjetas para cada invitado o preparar las uvas el día de noche vieja.

Concede la importancia que se merecen las personas mayores de tu familia. Su experiencia es muchas veces desestimada por la diferencia generacional pero ellos también fueron niños y jóvenes. Pídeles que te cuenten algo de su pasado, cómo aprendían, cómo celebraban de pequeños la navidad, etc.

Aprovecha a viajar en esta época. Hay muchos destinos apetecibles donde es verano. Además sale más económico viajar en navidades que en verano ya que estamos fuera de la temporada alta. • Organiza una comida/cena de navidad temática con la familia o amigos. La ropa, los regalos, la decoración y la comida (cada uno debe llevar un plato típico) debe estar ambientada en el tema escogido.

Olvídate de los emails y de las felicitaciones hechas. No pierdas la costumbre de escribir tus propias felicitaciones a la gente que te importa. Tampoco te ciñas al “WhatsApp”, llama por teléfono.

No dejes que el tema económico te amargue las fiestas. Si no puedes permitirte muchos gastos, sustituye los regalos comprados por favores, detalles caseros y cariño. Personaliza tus regalos y ponles una dedicatoria en el papel de envolver.

Juega al “amigo invisible” con toda la familia. No es necesario que los regalos sean comprados o caros.

No te obsesiones ni te estreses con las fechas. No todo tiene que estar perfecto, ni tienes que organizar todas las celebraciones pendientes del año. Dedícate tiempo a ti y a tu familia.

Psicólogo ValladolidEscribid los propósitos para el nuevo año en un papel, dobladlo y metedlo en una cajita. Los propósitos no deben ser solo “deseos” sino que requieren planes o maneras de conseguirlos, es decir, una estrategia de acción. Es la manera de asegurarse conseguir todo (o casi todo) aquello que nos proponemos.

Lleva a los pequeños a ver belenes, a visitar el mercadillo navideño y escuchar villancicos, Son unas fiestas diferentes llenas de tradiciones, disfrútalas y hazles partícipe del significado y de los valores que conllevan.

Si sabes de alguien que pasa las fiestas solo, invítale a tu casa a alguna de las celebraciones o ten algún detalle con esa persona. Haz realidad el espíritu de la navidad.


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