Intervenciones en medios de comunicación

Intervención de Inés González Carballo, Psicóloga Clínica, para Informativos TVE1.

• Los niños son más vulnerables emocionalmente a esta situación pues se encuentran en proceso de desarrollo y dependen en mayor grado del entorno para regular sus emociones. Esto implica que cuando el entorno cambia de manera brusca y se limita tanto, como está sucediendo ahora, se dan dificultades importantes en la regulación emocional del niño.
• Los niños necesitan seguir rutinas y horarios en su día a día para regularse. Son especialmente sensibles a cualquier cambio en sus hábitos por lo que el confinamiento irrumpe en ellos generando un mayor impacto.
• El componente social es fundamental en los niños ya que para su correcto desarrollo necesitan relacionarse con iguales. Aquí el confinamiento es donde resulta más restrictivo.
• La necesidad de actividad físicaes también fundamental en los niños. Ellos, a diferencia de los adultos, continúan desarrollándose por lo que la imposibilidad de realizar ejercicio físico al aire libre no solo les perjudica en la regulación de sus patrones de hambre, sueño y estado físico general sino su estado mental y emocional.
• La gestión de sus emociones no es fácil en una situación tan inestable e incierta en la que sus padres no tienen siempre las respuestas pues a día de hoy continúa predominando la incertidumbre. Esto provoca desconfianza y miedo en los niños a la vez que los padres se ven sin recursos para calmarles pues, en muchas ocasiones, ellos mismos se ven también inmersos en los mismos sentimientos. El aburrimiento, enfado, hiperactividad, conductas desafiantes, miedos, irritabilidad y dificultades en las rutinas de sueño y alimentación se vuelven más frecuentes.


La pandemia del coronavirus está suponiendo un impacto emocional tanto en nuestra sociedad como en todo el mundo. Aunque las medidas que se están tomando son absolutamente necesarias, sin embargo, son medidas hechas y creadas bajo el prisma de un enfoque adulto en el que se ha dejado de lado al colectivo de niños y adolescentes quienes por su desarrollo tienen unas necesidades que durante este confinamiento no están pudiendo ser cubiertas.

El covid-19 no se contagia saliendo a la calle sino socializándose en la calle o estando en lugares concurridos donde el contagio por transmisión táctil es relativamente fácil. De ahí que se podía haber planteado en nuestro país, al igual que se ha hecho en otros, ciertas salidas permitidas para los menores a fin de poder estar en espacios abiertos donde correr, moverse libremente y recibir luz solar. Por supuesto, siempre haciéndolo individualmente bajo la supervisión de un adulto y evitando todo contacto con superficies u objetos de la vía pública potencialmente contagiosos. De hecho, a nivel teórico se considera que las salidas controladas son aceptables, sin embargo, a nivel pragmático, pero se presupone que los padres van a incumplir las normas, de ahí que se prohíba totalmente.


Los niños necesitan que sus padres les expliquen lo que está sucediendo de una manera sencilla y adecuada a su edad, sin faltar a la verdad pero sin caer en el alarmismo.

No podemos olvidar que el menor nivel de desarrollo cognitivo del niño frente al del adulto no significa menor impacto emocional, de hecho es más bien al contrario pues los niños absorben y perciben todas las emociones a su alrededor pero no son capaces de dotarlas de significado racional o coherente en muchas ocasiones, lo cual dificulta su adecuada asimilación.

Ante esta situación que estamos viviendo y la cual se continúa prolongando (y se prolongará) es importante que reciban un mensaje positivo, explicarles que es necesario mantenernos en casa para ayudar a que el virus no se siga propagándosey recordarles frecuentementeque se trata de algo temporal (esto da calma y cierta sensación de control para ellos).

Para sobrellevar de la mejor manera posible este encierro hay que crear y mantener con ellos una rutina diaria lo más “normal” posible en la que se incluyan actividades lectivas (deberes escolares y tareas académicas), creativas (manualidades, cocinar, cantar), deportivas (ejercicio en casa como bailar o saltar a la comba), ocio sin dispositivos digitales (juegos en familia) así como de sueño y alimentación.

El nivel de impacto en los niños fruto del confinamiento va a ser directamente proporcional tanto al tiempo que este dure como a la buena o mala gestión en casa de ese tiempo.

Recordemos que los niños pueden sentir inseguridad, miedo, incertidumbre, soledad, ansiedad… Hablar con ellos acerca de lo que sucede, ayudarles a expresarse, mantenerles informados de lo que ocurre manteniendo la calma y mostrándonos serenos será la base para que puedan llevar mejor esta etapa de confinamiento sintiéndose lo más seguros posible.


• Los padres deben aumentar las dosis de apoyo y paciencia comprendiendo que si para ellos es difícil para los niños lo es aún más.
• Evitar trasladar a los niños las preocupaciones de los adultos. Esto implica calmar la propia ansiedad surgida del estado de alarma, de la incertidumbre de la situación laboral, el miedo a enfermar de coronavirus o de las discusiones de pareja fruto de una falta de espacio propio entre otras.
• Hablar sobre el coronavirus. Hoy en día los niños están expuestos a información continuamente, a través de la televisión, móviles, RRSS y, por supuesto, lo que oyen a los adultos. Por eso, negar la situación o edulcorarla excesivamente es contraproducente para el menor. Hablar sobre el tema de manera fácil y clara les ayuda a comprender mejor, a desterrar miedos y a sentirse importantes y partícipes de esto.
• Mantener unas rutinas y horarios regulares donde haya equilibrio y tiempo para todo. Esto dota de una cierta “normalidad” a la situación y evita caer en la plena desocupación, la cual suele dar inicio a miedos irracionales, pensamientos obsesivos y estado emocional bajo. Puede ser útil realizar un horario visual donde aparezcan las actividades que realizarán a lo largo del día pues esto no solo ayuda a cumplirlo sino que les motivar y les implica.
• Fomentar los lazos familiares aumentando la calidad del tiempo que se pasa juntos, jugando a juegos de mesa, cocinando postres caseros, dedicando tiempo a que expresen lo que sienten,viendo películas en familia, poniendo música para todos, etc.
• Mantener el contacto con otros familiares y amigos. Esto resulta especialmente importante ya que el disminuye la sensación de aislamiento, especialmente si recurrimos a las posibilidades que nos ofrece la tecnología de realizar videoconferencias.



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